Elevándose con orgullo en el corazón del pueblo, el ayuntamiento se alza como un testigo imponente del paso del tiempo. Construido en el siglo XIV, este…

Elevándose con orgullo en el corazón del pueblo, el ayuntamiento se alza como un testigo imponente del paso del tiempo. Construido en el siglo XIV, este icónico edificio aún conserva su majestuosidad, ostentando un estilo arquitectónico gótico-civil aragones que cautiva a todo aquel que lo contempla. Su fachada, adornada con ventanas geminadas que desafían el paso del tiempo, narra historias de un pasado lejano. En su interior, las mazmorras, que en otro tiempo guardaron secretos oscuros, ahora albergan la Oficina de Turismo y un Centro de Interpretación, donde los visitantes pueden sumergirse en la rica historia y cultura del pueblo. Más allá de su pasado, el ayuntamiento continúa siendo un centro neurálgico de la vida actual. La Sala de la Villa, ubicada en el segundo piso, se ha convertido en un espacio cultural vivo, donde se celebran exposiciones, talleres, conciertos y otros eventos que enriquecen la vida de la comunidad. El ayuntamiento del pueblo no solo es un edificio histórico, sino también un símbolo de la identidad y el patrimonio cultural. Su presencia constante en el corazón de la ciudad es un recordatorio de las tradiciones que nos unen y del legado que debemos preservar para las generaciones venideras.